Erase una vez, que se era, en un lejano tiempo... halla por los años 300 d.c y 200 d.c, un rey tan avaricioso y cobarde, decidió esconderse junto con su valioso botín de guerra: rubíes, zafiros, esmeraldas, diamantes, todas las joyas inimaginables, y cofres repletos de monedas de plata y oro. Era tal su fortuna, que muchos de los mas valientes caballeros, habían dedicado su vida a encontrar su reino para apoderarse de su tesoro.
Bueno, pues lo que se cuenta, es que un par de caballeros conocidos como los "Furias Rojas", debido a su sanguinaria marca con la sangre de la victima, "F y R", que realizaban después de un asesinato, aunque, se cree que son las siglas de Furias Rojas, no es así. Son sus nombres, Fernad y Rold.
Siguiendo con nuestra historia, os diré que estos dos astutos asesinos, se adentraron en la fortaleza mas grande, robusta y protegida conocida por entonces. Se metieron escalando como arañas y burlándose de la guardia como si de estatuas se trataran. Mataron al rey, y con ello, todos los esclavos, incluida su familia, quedaron liberados. De ahí su ira contra todos los monarcas que esclavizan a su pueblo para someterlo.
Así pasaron a ser reyes de un nuevo reino, desconocido para todos, oculto en los confines de la tierra donde jamás podrá ser encontrado, ya que alberga el mayor tesoro conocido por sus valiosísimas riquezas.
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